El 12 de febrero, tuvo lugar un seminario interdisciplinar, seguido de una mesa redonda, organizado por el Grupo Investigación WESTLAW en colaboración con el Instituto de Estudios Sociales, Políticos y Jurídicos, cuya ponente fue la doctoranda Tatiana Alekseeva, de la Universidad Estatal de Moscú.
Bajo el título «Records of violence: the example of trash streams», se abordó la consideración penal de los «trash streams», una práctica popular en países como Rusia, Ucrania y Polonia en la que se transmiten en vivo imágenes violentas, humillantes o peligrosas. En julio de 2024, la Federación Rusa aprobó una ley que prohíbía los «trash streams», alegando preocupaciones de seguridad pública y el impacto social negativo de dicho contenido.
La doctoranda trató de resolver las siguientes cuestiones ¿Deben ser castigados los creadores de trash strems? Si es así, ¿cuáles son las posibles formas de hacerlo? ¿Debe constituir un delito propio, con un bien jurídico definido o más bien como una circunstancia agravante?
La ponencia fue muy interesante y sugerente, como quedó patente en el coloquio, con numerosas intervenciones con diversos comentarios y preguntas, muchas de ellas relativas a la cuestión del consentimiento como mera expresión de la autonomía de la voluntad, sin tener en cuenta la dignidad de la persona, así como los límites y la naturaleza de la violencia.

Tras el seminario, hubo una mesa redonda en torno a la siguiente cuestión: «Challenges in the application of law regarding violent recordings». En líneas generales, las reflexiones que afloraron se enfocaron en la persecución de estos delitos y la labor de la jurisprudencia como aplicación del derecho en esta cuestión.
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